Te sigo como le siguen los puntos finales a todas las frases suicidas que buscan su fin.
Igual que el poeta que decide trabajar en un banco, sería posible que yo, en el peor de los casos, le hiciera una llave de judo a mi pobre corazón, haciendo que firme llorando esta declaración.
Me callo porque es más cómodo engañarse, me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase, aunque otro me acompañe, en silencio te querré tan solo a ti.
Igual que un mendigo cree que el cine es un escaparate, igual que una flor resignada decora un despacho elegante, prometo llamar "amor mío" al primero que no me haga daño y reír será un lujo que olvide cuando te haya olvidado.
Pero igual que se espera como esperan en la Plaza de Mayo, procuro encender en secreto una vela, no sea que por si acaso un golpe de suerte algún día quiera que te vuelva a ver, reduciendo estas palabras a un trozo de papel.
Me callo porque es más cómodo engañarse, me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase, aunque otro me acompañe, en silencio te querré tan solo a ti.
Y me callo porque es más cómodo engañarse, me callo porque ha ganado la razón al corazón.
Pero pase lo que pase, aunque otro me acompañe, en silencio te querré, en silencio te amaré, en silencio pensaré tan solo en ti.
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