sábado, 30 de octubre de 2010

Conciencia Celular

Nuestro cuerpo es una máquina perfecta a las órdenes de nuestra voluntad. Como un ordenador que contiene una serie de documentos y programas, así nuestra biología responde a nuestra intencionalidad.
Somos mucho más que un cuerpo denso. Éste contiene la esencia de nuestra espiritualidad, encontrándose en cada rincón y en cada célula de nuestro organismo. Todo lo que vivimos, experimentamos, pensamos y sentimos queda almacenado en nuestra conciencia, pero ésta no se encuentra en nuestra mente, sino en cada una de nuestras células, como si todo lo que “entrara” en nosotros, se archivase una copia en cada célula, porque cada una de ella alberga una conciencia, la que habita en nosotros en nuestra mente, como si de ella reprodujera una copia y la enviara a cada parte de nuestra esencia biológica más pequeña, ¡Nuestras células contienen una conciencia según somos, mostrando, si pudiésemos analizarlo, al verdadero ser que estamos manifestando a cada instante! Esta conciencia puede modificarse, y en el fondo así es, según nosotros vamos evolucionando.
Lo que atraemos en nuestra vida está en consonancia al grado de conciencia que tenemos. La visión del mundo que tenemos nos lleva a identificarnos con un tipo de energía u otro, hecho que hace entrar en acción la ley de atracción: “aquello en lo que crees y manifiestas, atraes a tu vida.” Muchas veces no entendemos porque la vida nos da o quita tal situación y otra. La ley de Atracción. Hay una ley universal conforme energías iguales se atraen, pues bien, las energías que vibran igual o parecido sintonizan entre sí y se atraen.
Todo nuestro cuerpo a través de las irradiaciones energéticas de nuestras células emitidas por el nivel de conciencia que habita en sus interiores emanan a nuestro entorno un tipo de vibración y ésta atrae y absorbe más de lo mismo. Preocupación atrae preocupación, así como desconfianza, recelo, escasez y todo desequilibrio por una falta de amor, más de lo mismo; pero también la alegría, la auto estima, la confianza, la paz y serenidad, así como prosperidad, también atrae más de este tipo de energía. Recordad: energías iguales se atraen.
Gran parte de la humanidad todavía ve al ser humano como un individuo de forma, denso y limitado. Ignoran la verdadera esencia que habita en él: su divinidad. Nuestro cuerpo, soporte para ayudar a evolucionar a nuestra alma es una con ella. No hay diferencia entre la materia que nuestros ojos ven y la energía espiritual de nuestro ser.
Todo es energía. Toda materia es energía y el soporte energético de nuestra materialización, realización y perfecta salud se encuentra en cada una de nuestras células. Ellas contienen la chispa de nuestra divinidad, una conciencia que abre las puertas de nuestra plenitud o absoluta limitación. Nuestros pensamientos, palabras y actitudes ante la vida son las órdenes que activan el grado de conciencia de nuestras células. El pensar y decir constantemente: “yo no puedo porque ya soy viejo” da las órdenes de limitación, dolor e impotencia a nuestro cuerpo para que no pueda hacer ciertas cosas ante la vida que sí puede hacer para continuar su camino de Ascensión. El ser positivo, tener fe y confianza da las órdenes a cada una de nuestras células de”¡Adelante, lo conseguiremos!”, y nuestras células actúan a nuestro favor para que así sea. “El envejecimiento es fruto de nuestras limitaciones adquiridas en un pasado”.
Nuestras creencias y pensamientos están en acuerdo con nuestro grado de evolución. Si los cambiamos, nuestra actitud ante al vida será diferente y podremos disfrutar y ser más felices en nuestro proceso actual.
Nuestro cuerpo reacciona según las órdenes que le vamos dando a través de nuestras expresiones y manifestaciones. La vida no depende del azar, depende de nosotros mismos: según lo que somos, atraemos. Recordad la ley del universo de energías iguales: ¡”se atraen!”.
Nuestro cuerpo no es solo físico, es espiritual. Por eso, se emociona, llora, ríe y se enfada según vemos o sentimos, porque sintonizan nuestras células con las emociones y nuestros sentimientos. El motivo es uno: Tienen conciencia. Ellas hacen que deseemos vivir o sintamos que la vida no vale la pena vivirla. Somos nosotros que les estamos dando estas órdenes según nuestra visión de la vida. Energías iguales se atraen.
Tu ser atrae aquello en lo que cree y siente. ¿Qué tal si cambiamos nuestra actitud y visión de la vida por una de más amorosa, positiva y amable empezando por nosotros mismos? Nuestras células recogerán este nuevo mensaje y atraerán más de lo mismo.
Tú, amado ángel que estás leyendo estas palabras, no es porque sí que así sea. Abre tu conciencia y tu corazón y sabrás que eres un Ser Superior en una experiencia terrenal donde la primera sensación es de limitación. Aparta el velo que ofusca tu condición humana y date cuenta del verdadero ser que hay en ti. Dios se encuentra en ti. Tú eres energía del universo. Tú erres Amor, Luz y Conciencia.
Tu cuerpo y la vida siempre quieren darte la razón. Recuerda: aquello en lo que piensas y sientes, atraes hacia ti. No desvirtúes la belleza de tu vida. ¿Querría Dios, siendo a su imagen, que fueras y te manifestases limitado? Tú eres mucho más de lo que ves en ti y de ti. Tú eres un Ser Superior en un proceso de recordar tu verdadera naturaleza.
Da a tus células el alimento espiritual, no solo físico, que necesitan. Sanar tu conciencia celular elevará tu alma y tu espíritu.

Que el Amor y la Paz sean en ti.

Jordi Morella

sábado, 23 de octubre de 2010

Burbujas

En nuestra relación con los demás, se crean burbujas comunes. Burbujas que, a su vez, están conectadas a otras de mayor o menor escala. Son las burbujas energéticas.

Según la naturaleza de la relación que nos une a una persona, esta burbuja puede ser más o menos densa.

Si el vinculo entre esas dos personas es muy fuerte y por algún motivo, tienen que separse de forma violenta e inesperada, el cuerpo puede llegar hasta doler.

Muchos lo hemos podido comprobar alguna vez.

Es el dolor del apego.

Una de las mejores terapias en estos casos,es soltar, porque si nos resistimos, se crea un forcejeo muy doloroso.

Y es en este soltar, cuando nos sobreviene esa especie de muerte y resurrección simbólica, que al mismo tiempo no es tan simbólica, ya que nuestra propia burbuja energética renace sin la presencia de esa otra energía que, hasta ese momento de la separación, compartía la nuestra.

jueves, 21 de octubre de 2010

Para el aliacán, ver el agua pasar

La huerta profunda esconde los secretos del uso medicinal y mágico de las plantasAhora la llaman depresión. Antes, bastaba con que una persona perdiera el apetito unos días y su rostro revelará cierta melancolía y tristeza para que el diagnóstico popular fuera inapelable: «Tiene el aliacán». O, cuando menos, si acaso el enfermo vomitaba y el malestar del cuerpo era general, pero sin tener fiebre, no pocos concluían que enfermedades existían remedios increíbles que, por cierto, parecían resultar muy efectivos.
El empleo de plantas medicinales no se redujo en Murcia, ni aún hoy lo hace, a las tisanas de manzanilla padecía el mal de ojo. Para estas supuestas para regular el estómago. Existen otras aplicaciones sorprendentes que sólo unos pocos iniciados conocen y a las que muchos murcianos recurren a diario. Sin embargo, es necesario adentrarse en la huerta profunda y los campos para encontrar los rescoldos de una medicina improvisada que pronto desaparecerá.



TRES MARÍAS HECHICERAS
La curación del llamado mal de ojo, siempre provocado por una mala mirada de alguien que desea el mal para su víctima, se alcanzaba introduciendo el dedo en un candil encendido, y luego dejando caer las gotas de aceite en un tazón de agua. Al tiempo, el curandero pronunciaba una oración secreta, que sólo podía transmitirse el Viernes Santo detrás de la puerta de una iglesia. Otra versión menos conocida consistía en utilizar torvisco o matapollos, una planta que debían tratar en un ritual tres mujeres a un tiempo. Y las tres debían tener por nombre María.
El aliacán, por otra parte, podía curarse viendo pasar el agua del Segura mientras se recitaba una oración. O bien orinando sobre la flor blanca del manrrubio, lo que devolvía al enfermo el color de la cara y las ganas de vivir.
La alhábega que durante generaciones ha crecido a la puerta de los hogares murcianos, aparte de ser muy útil para espantar a los mosquitos, se utilizaba en Murcia como antídoto de un presunto filtro amoroso obtenido al cocer otra planta, el pichichán. Tan extraña planta, al menos, parece más inofensiva que la trementina o planta que da gritos. Porque aquel que oyera sus alaridos en la noche de San Juan, podía convencerse de que pronto moriría. Otros, en cambio, se preocupaban en esa madrugada mágica de regar la flor del cardizal para aguantarla viva hasta el amanecer y afianzar un noviazgo.



HASTA LA ALFALFA
El tomillo, la malva y el hinojo, junto a otra interminable lista de plantas y recetas, también eran adecuadas para despertar el apetito incluso de los moribundos, aunque nadie comprendiera qué razones podían tener, a las puertas de la muerte, para almorzar. Y una ramita de alábega en la oreja impedía ser víctima del mal de ojo. Contra el herpes, llamado culebra en la huerta, también existe un amplio catálogo de recetas y oraciones. Por tener, hasta la alfalfa tiene sus aplicaciones. Prueba de ello es un tratado impreso en Totana, en 1921, cuyo título rezaba: La alfalfa, planta prodigiosa.
La herboristería mágica acaso haya pasado a la historia y, salvando las distancias, en algunas dolencias actuales parecen más útiles los antidepresivos y otros medicamentos que ver el agua pasar. Sin embargo, lo misterioso de la cuestión es que, aún hoy, hay muchos murcianos que aseguran haber sanado al ponerse en manos de una curandera. Para asegurarse que es auténtica, basta con preguntarle cuánto cobra por sus servicios. Si responde que gratis ofrece la gracia que Dios le ha dado, es de la buenas. Y si niega que sepa los rituales, es la mejor.

domingo, 17 de octubre de 2010

Olvidarte


Olvidarte, sería robarle a la noche la luz de la luna.

Encerrar la esperanza en la niebla.

Caminar sin pasado y a oscuras...

Destruir el mejor de los sueños.

Despertar con las manos vacías.

Navegar sin destino, ni rumbo, traicionarme con una mentira...

Desterrar lo más hermoso que ha pasado por mi vida...



Olvidarte, sería comprensible.

Si no doliera tanto, si no fuera imposible...

Olvidarte, sería mi descanso.

Si no fuera una hazaña, si no fuera un milagro...



Olvidarte, sería rendirse sin llegar ni siquiera a intentarlo.

Desahuciar lo que juntos vivimos.

Aceptando que todo ha acabado...

Renunciar a lo más bello.

Suicidar lo más amado...



Olvidarte, sería comprensible.

Si no doliera tanto, si no fuera imposible...

Olvidarte, sería mi descanso.

Si no fuera una hazaña, si no fuera un milagro...

Olvidarte, sería comprensible.

Si no doliera tanto, si no fuera imposible...

Olvidarte, sería mi descanso.

Si no fuera una hazaña, si no fuera un milagro...

sábado, 16 de octubre de 2010

Dejando Ir


Imagina que estás frente a una gran escalera, está junto a ti esa persona que es importante para ti (novi@, espos@, amig@, etc.), y están fuertemente tomados de la mano.

Mientras están en el mismo nivel, todo está perfecto, es disfrutable. Pero de pronto, tú subes un escalón, pero esa persona no, esa persona prefiere mantenerse en el nivel inicial, no hay problema, es fácil aun así estar tomados de las manos.

Pero tú subes un escalón más, y esa persona se niega a hacerlo, ya las manos han empezado a estirarse y ya no es tan cómodo como al principio, subes un escalón más y ya el tirón es fuerte, ya no es disfrutable y empiezas a sentir que te frena en tu avance, pero tú quieres que esa persona suba contigo para no perderla.

Para esa persona no ha llegado el momento de subir de nivel, así que se mantiene en su posición inicial, subes un escalón más, y ya ahí si es muy difícil mantenerte unid@, te duele, y mucho, luchas entre tu deseo de que esa persona suba, de no perderla, pero tú ya no puedes ni quieres bajar de nivel.

En un nuevo movimiento hacia arriba, viene lo inevitable, y se sueltan de las manos, puedes quedarte ahí y llorar y patalear tratando de convencerle para que te siga, te acompañe, puedes incluso ir contra todo tu ser y tú mismo bajar de nivel con tal de no perderle, pero después de esa ruptura en el lazo, ya nada es igual, así que por más doloroso y difícil que sea, entiendes que no puedes hacer mas, solo seguir avanzando, y esperar que algún día vuelvan a estar al mismo nivel.

Eso pasa cuando inicias tu camino de crecimiento interior, en ese proceso, en ese avance pierdes muchas cosas: pareja, amigos, trabajos, pertenencias, todo lo que ya no coincide con quien te estás convirtiendo ni puede estar en el nivel al que estas accesando.

Puedes pelearte con la vida entera, pero el proceso así es.

El crecimiento personal es así, personal, individual, no en grupo, y puede ser que después de un tiempo esa persona decida emprender su propio camino y te alcance o suba incluso mucho mas que tú, lo importante es que estás consciente de que no se puede forzar nada en esta vida.

Llega un momento, en la subida de esta escalera, en que puedes quedarte sol@ un tiempo, y duele, claro que duele, y mucho, pero luego, conforme vas avanzando, te vas encontrando en esos niveles con personas mucho más afines a ti, personas que gracias a su propio proceso, están en el mismo nivel que tú y con tus mismas inquietudes, así que si tú sigues avanzando.

En esos niveles de avance ya no hay dolor, ni apego, ni sufrimiento, solo hay amor, comprensión, respeto absoluto.

Así es nuestra vida
amig@s, una infinita escalera, donde estaremos con las personas que estén en el mismo nivel que nosotr@s, y si alguien cambia, la estructura busca su estabilidad y acoplamiento. De hecho, cada personalidad, ocupa un distinto nivel que los demás, así cada parte de la verdad, formará la verdad absoluta, de hecho ya es así. Así que sería egoísta poner al mismo nivel a la eternidad.

Cada pérdida, cada cosa que sale, es porque así tiene que ser, déjales ir, y prepárate para todo lo bueno que viene a tu vida, sigue avanzando y confía, porque esta escalera es mágica...